La misión del sábado pasado llevada a cabo en la parroquia Santa María del campo, llenó de gran alegría y regocijo a todos los Jóvenes Misioneros del Santo Padre de la casa madre de Peregrinos del Amor; pues el recordar los primeros pasos de convocatoria dados en esta parroquia y ver ahora los primeros frutos, fue motivo de esperanza y entusiasmo para todos los JMSP.
Todo comenzó entregando la tarde a Dios por medio de una oración, la cual preparó los corazones de los jóvenes para un nuevo día de aprendizaje. Finalizando este pequeño momento de recogimiento, Andrei Ortiz, líder de los JMSP, lideró una divertida actividad rompe-hielos llamada “juego de roles”, la cual consistía en hacer grupos de tres personas donde cada integrante asumía un rol distinto bajo diferentes situaciones; todos los jóvenes muy activos y entusiastas estuvieron dispuestos a hacer diferentes personajes respondiendo en su corazón a preguntas como: ¿Qué pasaría si te encuentras con alguien de otra religión u otro pensamiento que cuestiona tu fe? o ¿Qué pasaría si te encuentras con alguien que no conoce nada de la Iglesia Católica y te llena de preguntas?, fue así como los jóvenes interpretando varios personajes bajo diferentes contextos reflexionaron, aprendieron y crecieron en formación.
Terminada esta actividad, los JMSP pertenecientes a esta parroquia fueron lanzados al agua, ya que tuvieron no solo que dar su testimonio sino también presentar a los demás jóvenes el proyecto de Jóvenes Misioneros del Santo Padre, siendo este uno de los momentos más bellos y gratificantes de la tarde; Los jóvenes con el poco tiempo transcurrido de formación, empezaron a hablar impactando a los demás con su forma espontanea y divertida de expresarse y explicar el proyecto.
David, un JMSP, dando su testimonio impactó a muchos, pues al principio dio a entender con sus palabras que él creía no tener alguno, pero que una vez pensando acerca de su testimonio recordó un importante suceso de su vida. Fue así como a medida que pasaba el tiempo y él hablaba sorprendió a todos con la riqueza de sus palabras; compartió que de pequeño al tener apenas 10 años de edad, su madre murió, y que a partir de este triste acontecimiento se alejo de Dios completamente. Una vez tuvo un sueño con su Mamá donde ella le decía: “ten cuidado”, él sin saber el sentido de aquel sueño, siguió su vida mientras pasaba el tiempo, hasta que un día por misericordia de Dios entendió que en la mayor parte de sus días vividos muchas personas le hablaron de Dios, pero él jamás quiso escuchar; fue así como su vida cambio al sentir y entender en su corazón que el llamado que le hacía su madre, era el de andar en el mundo con cuidado y nunca lejos de Dios.
De esta manera los JMSP terminaron la tarde llenos de gozo y entusiasmo al ver y recoger los grandes frutos que da, el trabajar por Dios y el bienestar de las almas.
Por: Laura Viviana Marroquín
Comité de prensa
