¡Tocando puertas en un nuevo territorio!
La misión en esta ocasión tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora del Camino con el grupo juvenil Cristo Vive, quienes recibieron a los JMSP con mucho cariño y donde pudieron compartir experiencias de vida y testimoniar el amor por la Iglesia y por el Santo Padre.
La misión en esta ocasión tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora del Camino con el grupo juvenil Cristo Vive, quienes recibieron a los JMSP con mucho cariño y donde pudieron compartir experiencias de vida y testimoniar el amor por la Iglesia y por el Santo Padre.
Después de dejar todo en manos del Señor mediante una oración, se inicio la actividad con una breve presentación de todos los asistentes. María Paula Cardona, líder de JMSP, introdujo los testimonios de vida mediante una explicación sobre la importancia de llevar una vida coherente frente a los demás: “Es muy importante actuar y pensar de una misma manera, ya que si decimos una cosa y luego hacemos otra no estamos haciendo nada, el testimonio de vida es el reflejo del caminar y de la lucha hacia una conversión permanente, y es mediante este ejemplo de vida que la gracia y el amor de Dios pueden llegar a tocar el corazón de una persona y ahí continuar su obra”.
Mariana Jaramillo empezó contando su experiencia dentro de la Iglesia y cómo al pasar el tiempo se fue despertando en su corazón el fuego del Espíritu Santo, al ver por medio del ejemplo de otros jóvenes, que el compromiso con Dios no era una locura. Después se escucharon otros testimonios de los JMSP, hasta que los integrantes del grupo “Cristo Vive” se arriesgaron a compartir con todos la manera en que Dios había cambiado el rumbo de sus vidas. Andrés un joven de 25 años manifestó que realmente se puede llevar una vida normal con Dios, que no necesariamente se debe tener una vocación religiosa para tener a Cristo en el corazón.
“La vida no es fácil”, así comenzó el testimonio de Cristian, un joven de 17 años quien por primera vez se paró al frente de todos y decidió contar su historia de vida; después de haber perdido un año en el colegio y de haber tenido muchos problemas con sus papás y compañeros, decidió que tenia que cambiar su forma de afrontar la vida, ya que “uno no se puede dejar vencer por las adversidades que tiene el diario vivir (…) el día en que peor estaba y cuando más lo necesitaba, unas niñas se me acercaron y me invitaron a este grupo juvenil y desde ahí no he faltado y le doy gracias a Dios porque me rescató”.
Después de estos testimonios, los Jóvenes Misioneros del Santo Padre tuvieron la oportunidad de compartir este proyecto con los jóvenes de Cristo Vive, para así sembrar en ellos la alegría de comenzar un caminar misionero junto a las enseñanzas del Papa Benedicto XVI, “Este proyecto no tiene límites, así como la Iglesia es universal este proyecto también lo es, los jóvenes tenemos la responsabilidad de defender lo que Cristo vino a enseñarnos y lo que la Iglesia nos enseña diariamente” expresó Andrei, líder de JMSP.
Para finalizar el grupo, se dispuso un ambiente de oración para darle gracias a Dios, para alabarlo y glorificarlo mediante la música y el baile.
Por: María Paula Cardona
Comité de Prensa JMSP